Todos tenemos dias malos. Dias que es mejor no levantarse. Dias en los que solo quieres llorar y llorar, que lo que te apetece es tirarte en la cama debajo de tres mantas con el jersey azul y las medias altas grises.
Dias en los que estas sola y en los que todo te sale mal. Que estas gritando en medio de un monton de gente y nadie te escucha, y lo que se te pasa por la cabeza y parecia facil, se vuelvo más complicado.

Matematicas. Me daba la vuelta para hablar la compañera de detras, esa anguistia que es sobrellevar matematicas a ciertas horas de la mañana (aunque en realidad siempre es dificil sobrellevar matematicas) Le tenia detras, a menos de un metro, y le escuchaba respirar. Mi corazon latia al ritmo de sus pulmones, y entre números, no podia evitar sonreir tontamente. El y su torpeza dejaron caer el nuevo libro que el profesor de Lengua nos mando comprar. "¿Adri, me lo pasas?" Y mi corazon ya no iba al mismo ritmo, se aceleró. Mi mano derecha sostenia ahora el libro y haciendo ademan de dejarlo en su mesa, él se apresuro y acazo mi mano. Sus dedos se alojaron en mi muñeca para que sus huellas dactilares recorrienran mi mano. Y las huellas dactilares no se borran de las personas que tocamos. Su piel contra mi piel, y su mano caliente transpasaba su calor a la mia. ( Y adios a prestar atencion a lo que quedaba de clase de mates)

Pero como ya es costumbre Adriana no para de darse hostias con la realidad, y al volver al mundo de los que no sueñan, una hoja de examen estaba en mi mesa, con un bonito cuatro a rojo. La siguiente hora, física, el examen de fisica que cayo en viernes, y otro cuatro. Y el aire me faltaba, y solo sabia desahogarme llorando. Porque hay miercoles en los que solo te apetece llorar, y este era uno de ellos.
Un miercoles en el que Adriana llora. Diego la dice que que bien que estan en clase juntos, pero cuando Adriana llora, Diego no la hace caso, porque dice que esta enamorado, pero no lo demuestra.
Porque el que hace caso a Adriana cuando llora era Manuel. Manuel que es un encanto.